Dermatología clínica

Diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la piel

¿Qué es la dermatología clínica?

La Dermatología es la especialidad de la medicina que se encarga tanto de estudiar y diagnosticar las enfermedades de la piel (acné, rosácea, lesiones pigmentadas, vasculares…) como la piel sana “no enferma”.

Acné

Es una patología multifactorial de la glándula pilosebácea que se produce por un aumento en la producción de sebo (andrógenos), hiperqueratosis y obstrucción del folículo piloso y proliferación bacteriana secundaria (P. Acnes). Clínicamente aparecen comedones cerrados (espinillas) comedones abiertos (puntos negros), pápulas, pústulas, nódulos, quistes e incluso cicatrices.

Suele debutar en la adolescencia por influencia hormonal pero es una patología muy prevalente que puede aparecer en otros momentos de la vida, desde la primera infancia hasta la menopausia.

Es importante un diagnóstico dermatológico y abordaje terapéutico adecuado personalizado para tratar tanto la enfermedad activa como sus posibles secuelas: cicatrices y pigmentaciones residuales.

Rosácea

Es una enfermedad inflamatoria que aparece en la zona central de la cara (frente, nariz, mejillas y mentón) con rojeces y descamación, la piel es muy reactiva y sensible. Existen tratamientos orales, tópicos e incluso láser o luz pulsada intensa para tratar los distintos tipos de rosácea existentes, logrando controlar la enfermedad y en muchos casos evitar nuevos brotes a lo largo de la vida.

Lesiones pigmentadas (lunares)

El diagnóstico precoz del cáncer de piel es fundamental para un buen pronóstico de la enfermedad. Los dermatólogos recomendamos una revisión anual especializada en la consulta, antes si se aprecia alguna lesión cutánea de alarma según la regla ABCDE:
A = Asimetría B = Bordes irregulares C = Colores heterogéneos D = Diámetro (> 6mm) E = Evolución : una lesión que vaya cambiando.

La exposición crónica a la radiación ultravioleta es el factor de riesgo más importante para desarrollar lesiones cutáneas malignas, tanto es así, que el cáncer de piel (subtipo carcinoma basocelular) es el más frecuente de todos en el ser humano.

Dermatitis atópica

Es una enfermedad inflamatoria crónica de carácter hereditario que cursa en brotes y sus principales manifestaciones son eccemas: placas rojas en diversas localizaciones de la superficie de la piel y picor muy intenso; tanto que puede llegar a interferir notablemente en la vida cotidiana (estudios, trabajo, sueño, alimentación…)

Generalmente, las manifestaciones cutáneas de la dermatitis atópica se presentan durante el primer año de vida, progresan en forma de brotes a lo largo de la infancia y van remitiendo en la edad adulta, aunque no siempre ocurre de esta manera. Existen formas graves que pueden persistir y requerir tratamiento farmacológico oral.

Además en ocasiones se asocia a otras enfermedades inmunológicas como rinitis alérgica, asma bronquial o alergias alimentarias.

Es muy importante realizar unos cuidados diarios de la piel para evitar en lo posible los brotes de la enfermedad, para controlarla existen terapias para aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida de los pacientes y evitar complicaciones.  

Piel sensible

La piel sensible se caracteriza por la sensación constante de picor, tirantez, quemazón, ardor e, incluso, dolor ante estímulos que en pieles sanas no provocan ninguna reacción. Éstas molestias pueden presentar una intensidad variable e ir acompañadas de eritema (rojez cutánea), telangiectasias o cuperosis (arañitas vasculares de color rojo ubicadas a nivel superficial de la piel).

Los síntomas suelen aparecer en la piel de la cara, sobre todo en el surco nasogeniano (desde las aletas de la nariz hasta las comisuras de la boca). No obstante, también es muy habitual que se manifieste en las manos, el cuero cabelludo, los pies, el cuello, el escote, la espalda y los genitales. 

Según parece, el motivo de que la cara sea la zona más afectada es que en esta zona se usan más cosméticos potencialmente irritantes que en otras áreas del cuerpo, y además, la piel del rostro tiene un estrato córneo (la capa más superficial de la epidermis) más fino, lo que hace que sea más vulnerable.

Un asesoramiento dermatológico sobre los cuidados diarios para la piel y los elementos y factores a evitar es fundamental para un buen control de la enfermedad.

Psoriasis

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria cutánea crónica que cursa en brotes de eritema y descamaciones blanquecinas en la superficie de la piel. Afecta a hombres y mujeres por igual y se sabe que tiene un componente hereditario importante, ya que es más frecuente entre hermanos y descendientes de personas afectadas.

Puede aparecer en cualquier momento de la vida, lo más habitual es que debute durante la juventud, el inicio de los signos a una edad precoz implica una evolución clínica más grave e inestable. Por este motivo, es muy relevante intentar diagnosticarla cuanto antes y establecer un tratamiento de manera temprana.

Además del impacto emocional y social que implica la psoriasis en sus formas más severas, hay que tener en cuenta que entre el 10% y el 30% de los afectados puede desarrollar artritis psoriásica y que estos pacientes son más susceptibles de sufrir otros problemas de salud, como síndrome metabólico, depresión o ansiedad, tristeza, falta de autoestima, dificultades para relacionarse socialmente o entablar relaciones afectivas, problemas sexuales derivados tanto del pudor a mostrar el cuerpo a la pareja como del dolor y molestias que causan las lesiones psoriásicas cuando se localizan en el área genital, vergüenza a mostrar las zonas afectadas en actividades con otras personas, temor al rechazo… son otros de los efectos colaterales de enfermedad.

Pelo

La Tricología es la rama de la especialidad de la Dermatología encargada del estudio, diagnóstico y tratamiento de la patología capilar. Es fundamental un diagnóstico dermatológico adecuado para poder orientar bien el tratamiento específico de forma individualizada.

Gracias al tricoscopio podemos valorar de manera no invasiva el crecimiento del folículo piloso y los cambios que se producen en el ciclo del pelo con extraordinario detalle.

La alopecia (disminución de densidad capilar) es uno de los motivos de consulta más habituales en dermatología. Existen múltiples causas de alopecia: inflamatorias (alopecia areata), hormonales (alopecia androgénica), infecciosas (tiñas), por medicamentos (quimioterapia), etc. Y puede afectar tanto al cuero cabelludo como a las cejas

Asimismo disponemos de múltiples alternativas terapéuticas: cosméticos (lociones, champús), fármacos y en casos más graves incluso el trasplante capilar.

Tratamientos médico-quirúrgicos en Tricología:

  • Tratamiento médico de alopecias:
  • Androgenética

  • Alopecia areata

  • Effluvium

  • Alopecia en pacientes oncológicos

  • Alopecias cicatriciales

  • Alopecias secundarias a enfermedades autoinflamatorias /autoinmunes

    • Mesoterapia capilar (vitaminas, fármacos antiandrógenos: dutasteride).
    • Plasma rico en plaquetas.
    • Injertos / Trasplante.

    Uñas

    Las alteraciones y enfermedades de las uñas son muy comunes, pueden llegar a ser muy dolorosas e incapacitantes para los pacientes.

    Las enfermedades más frecuentes que afectan a las uñas son:

    • Infecciones por hongos (onicomicosis)
    • Uña encarnada
    • Tumores en las uñas

    Los problemas ungueales pueden estar relacionados con otras enfermedades sistémicas y su valoración puede ser compleja.

    Además los tratamientos para las patologías ungueales suelen prolongarse durante mucho tiempo hasta lograr la curación total, por lo que es fundamental realizarlos de forma consistente y diagnosticarlos cuanto antes.

    Cómo prevenir problemas en las uñas

    • Córtalas con cortaúñas o tijeras específicas. No las cortes demasiado para conseguir que la uña proteja tus dedos y cuida que no queden bordes irregulares o esquinas cortantes.
    • Evita que se acumule suciedad debajo de las uñas. Usa un cepillo de cerdas suaves si es necesario.
    • Hidrata las cutículas y las uñas con crema o aceite de manos para mantenerlas hidratadas y evitar que se astillen.
    • Procura no morderte las uñas ni la piel circundante.
    • No cortes las cutículas. Eliminar las cutículas favorece la proliferación de hongos y bacterias que dan lugar a infecciones en las uñas.
    • Evita la realización frecuente de manicuras permanentes / semipermanentes que utilizan sustancias (acrilatos) con potencial alergizante.
    • Evita el contacto con agentes irritantes (químicos, jabones, detergentes) y procura fregar o limpiar con guantes.

    Otras patologías

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    Hiperhidrosis

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    Hidradenitis supurativa

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    Vitíligo

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    Angiomas

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